jueves, 31 de marzo de 2016

Preuniversitario gratuito del común


Los jóvenes de los cerros de Valparaíso y Viña tienen un bajo porcentaje de acceso a la universidad. Por eso este Preuniversitario, que les ayudará a vencer la PSU no sólo memorizando como loros.


Nuestro objetivo es que el estudiante pueda entender las materias, conocerlas, dominarlas y usarlas no como ejercicio de memoria, pues a veces se olvida o no se graba, sino como partes componentes e interactivas del todo.

La enseñanza fragmentada, que es característica de la educación formal, prepara futuros profesionales que se van a insertar como engranajes de una máquina. La PSU obliga a reforzar esa “formación” que no es formación, sino adaptación al mundo deshumanizado y desnaturalizado de la separación individualista de las personas. El sálvese quien pueda, cuyas redes son compuestas por los hilos de la política y de la economía, donde nos metemos de cabeza dejando de lado que las relaciones humanas pueden entenderse y vivirse mejor desde la ciencia, el arte y el amor, más  que desde la “lucha” por el      dinero o por el poder.

La cosmovisión mapuche es una mirada integral que cubre todos los resultados del saber construido por el sujeto del común: las formas de vida comunitaria, donde el hijo que sale del vientre materno entra al vientre de la matria, la comunidad, no como en la sociedad en que nos tienen, donde el hijo nace para caer en la arena donde se enfrentan los toros, los gallos y los partidos (de fútbol y los políticos).

Al ser una sociedad piramidal, nos obligan a competir unos contra los otros, ya que para arriba se va estrechando el espacio, y así nos arrebatan la fraternidad y el amor, empujándonos sólo a “amar” a una persona y que ojala sea de diferente sexo, ya que la ley de esta sociedad deshumanizada sólo reconoce el amor de personas del mismo sexo cuando se someten al “matrimonio”. Pero el amor no es “legalizable”, ya que responde al instinto de la libertad y no a razonamientos elaborados entre la patada y el combo de los parlamentarios de los partidos, que obedecen a sus jefes y no a la población. Además si aman a una sola persona, es más fácil que asuman el comportamiento fragmentado para ser buenos tornillos de la máquina. Y, por si fuera poco, nos llenan de corrientes ideológicas de todos los colores marxistas, anarquistas, libertarios, rebeldes, etc. para que en vez del amor generalizado nos transformemos apenas en socios de un club, o ”compañeros de lucha” en que los demás son “enemigos”, igual que las iglesias, cada uno formando su “ganado” y el sistema? Bien, gracias. Felices de ver como nos peleamos y nos andamos reclutando unos a otros, con otros, o contra otros.

Por eso el Preu del Saber Comunitario, donde al comprender fácilmente como se entrecruzan y retroalimentan las materias del saber formal fragmentado, la noción y entendimiento de cada una de ellas se abre para poder ser asimilada mejor que en los estancos separados. Las metodologías de interpretación positivista, estructuralista, sistémica y demás, así como las críticas como la dialéctica, la teoría del kaos y las modalidades anarquistas y libertarias, todas ellas son como lentes de colores para mirar la realidad y nunca nos dejan mirarla directamente, así los conceptos nos van entrando ya hechos y de manera imperceptible nos vamos adentrando en la forma sistémica de ver las cosas.


No nos permiten que participen en la construcción del saber ni el cuerpo, los sentimientos ni los movimientos, salvo la aspirina de la educación física y del deporte, por eso quien ladea la cabeza para mirar al lado es reprimido por la autoridad con las mil veces repetidas frases de “quédate quieto”, “mira para adelante”, “cállate la boca”, con lo que aprendemos a que nuestra mente debe ser el policía del cuerpo y de las sensaciones. Parece que eso es lo que más enseñan a los estudiantes de pedagogía. Así nos educan manteniendo ahogado el grito del instinto y de la libertad y de esa manera tendremos “éxito” en la vida, o sea, seremos buenos tornillos de la máquina. También los partidos y corrientes ayudan enormemente a esa “formación”, pues según ellos hay que ser consciente, o sea, aceptar el mensaje de ellos, así nuestro cuerpo, instinto y libertad, quedan esclavizados al esquema mental disciplinario ya diseñado por otros (de Europa tenía que ser, mientras a la cosmovisión originaria no le dan bola, salvo poniendo la bandera mapuche junto a la A en la mochila, lo que es un sinsentido, como tambiérn una cruz o un santito).

Así en nuestro Preu, no es la disciplina ni la ideología lo que ayudará a entender y manejar mejor las materias, sino el gusto, la gana, el deseo y el instinto en los procesos que iremos haciendo para adentrarnos por vía de la ciencia, del arte y del amor en la mejor comprensión de esas “disciplinas” que vamos a indisciplinar trayéndolas de vuelta a los ritmos y requerimientos de la madre tierra y del común y, por qué no, subiendo también un cerro para hacer una huerta con los vecinos, vecinas y vecinit@s en un proceso de aprendizaje conjunto de la interacción de diferentes materias con el mundo de la vida.

El martes 5 de abril tenemos reunión con los interesados en prepararse como profesores bajo estas perspectivas y el domingo 10 el taller de capacitación para iniciar el Preu desde el lunes 11 de abril de 17:30 a 20h. Interesados y consultas: unlibre@gmail.com

Ya estamos en marcha, tenemos nuestro punto de partida, que es como una raíz que inicia un camino que no conoce, ya que no sabemos a donde vamos a llegar, pues como las ramas de un árbol, tenemos la vida por delante. Lo que si tenemos por seguro es que nuestros estudiantes se van a bailar la PSU y la manejarán como malabarista con seis pelotas, pero tendrán claro que no es el fin de un camino, sino un pequeño descanso en el objetivo de llenar las universidades porteñas de la juventud de los cerros.

Tal vez lo más importante es que estamos armando este Preu con estudiantes de cuarto medio, o sea los propios protagonistas que enfrentarán la PSU de este año, asumen el desafío no sólo de vencerla, sino de superarla.

Jaime Yovanovic Prieto

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