Por Jaime Yovanovic Prieto
Cuarto Stato |
El
Primero de Mayo es considerado el Día Internacional de los
Trabajadores, pero se lo han apropiado los partidos y corrientes
ideológicas, de modo tal que se ha transformado en un día “de las
izquierdas”, lo que de inicio introduce la división y la disputa
interna entre los propios trabajadores, algunos de los cuales van a
marchar para celebrar “su día” en medio de un torbellino de
carteles, consignas y banderas diversas junto al reparto de
boletines, diarios y folletos de todas las corrientes habidas y por
haber, que aprovechan la ocasión para hacer proselitismo y disputar
adeptos.
Los
trabajadores filiados a corrientes de derecha, centro y etc. no van,
ya que los van a agarrar a puñetazos, por más que los protejan los
pacos de rojo, lo que quiere decir que sólo los izquierdistas son
trabajadores de verdad y el resto vendidos a la patronal, borrando de
un plumazo las negociaciones del PC contrarias a los intereses de los
profesores, que en Valparaíso, por poner un pequeño ejemplo, fueron
engatuzados por los miembros y allegados de una familia que levantó
una corriente “alternativa” que no era tal, al igual que años
atrás habían formado la Fuerza Social salida del PC, pero
conservando una gran cantidad de puentes. Notorios fueron esos
esfuerzos “alternativos” en la distribución de folletos e
instalación de stands en la Plaza Victoria en los días en que a
nivel nacional los profesores tomaban distancia de la dirigencia
partidaria y hasta le lanzaron un mangazo al presidente del gremio.
Otros
estructuras más autónomas formaron centrales, corrientes y
agrupaciones sindicalistas que luego, muy luego, al buscar la
“unidad” por fuera de la máquina de la CUT, algunas cayeron en
manos de la UCT, Unión Clasista de Trabajadores, que reune al más
fiero estalinismo y enemigos de la autonomía comunitaria, o sea que
sus principales enemigos no son los patrones, sino los trabajadores
que desean trabajar en común sin los partidos encima que se les
enroscan como camisas de fuerza para controlar y dirigir sus
movimientos al mismo tiempo que gritan por la emanciáción, como el
jinete encima del caballo o como la mosca que dice “vamos arando”
al buey.
Que
los partidos se aprovechan de la gente, eso ya lo sabe todo el mundo,
así como que la izquierda y la derecha disputan la torta de la
cúspide social pisoteando al resto. Pero hay una masa que todavía
agarra papa y sigue creyendo en el viejo pascuero, ya que les han
metido la que llaman “conciencia” hasta el hueso, como los
religiosos que meten el rosario y los ave María una y otra vez hasta
que el sujeto o la sujeta crean que eso que le han metido es “tener
fe”,que ha venido del más allá, escondiendo las cartas marcadas
del “más acá”. Así hoy día ser de izquierda o ser de derecha
es igual que una religión, donde cada uno cree lo que le dice la
jerarquía y vaya a ver uno como disputan espacios y se hacen la cama
los católicos con los evangélicos, mientras los mormones y los
musulmanes van despacito por las piedras. También las iglesias
tienen sus fracciones extremistas, como el Opus Dei entre los
católicos o los fundamentalistas dentro de los musulmanes, o los
grupos del Ku kluk Klan y el Tea Party donde participan oleadas de
mormones.
Así
las derechas tienen sus ritos, cultos y cultores de todos los
pelajes, como las izquierdas tienen los suyos, los centristas los
suyos y etc. Cada lado del patíbulo, digo del pandemonio de la
política, el izquierdo y el derecho, se odian a muerte y cada
fracción interna de cada uno, por su vez se odia también, y es así
como la política es una pirámide, en la cima los peces gordos
unidos, debajo, como un excremento saliendo del cuerpo, tienen al
lado derecho a unos jefes menores y al lado izquierdo a otros jefes
menores, que hay que andar sujetando con correas negras los unos y
correas rojas los otros y que se muerden o tirotean unos a los otros
por ocupar los cargos importantes del poder, mientras los del centro
se hacen los cuchos y clavan el puñal por la espalda. Debajo,
bajando y ampliándose la pirámide, cada uno tiene sus ramas donde
cada una tiene las suyas y asi se multiplican y se clavan en la base
de la pirámide, donde está aplastada la población.
Esa
pirámide política del poder es idéntica a la pirámide económica
del mundo del trabajo, donde las reviravueltas que hay que dar para
conseguir dinero con el cual alimentar el consumo por donde se va el
dinero de vuelta a los que tienen la sartén por el mango, está por
su vez lleno de apóstoles, líderes, vanguardias, jefes y
subordinados de la política que se hacen los indispensables para que
los pongan a ellos desde los pequeños hasta los más elevados
puesto en la pirámide del poder, desde el minúsculo sindicato donde
se agarran los troskistas con los estalinistas, ellos dos contra los
demócratas cristianos, luego esos tres contra los renovación
nacional, y así van, hasta el parlamento y la presidencia de la
república.
Así
la pirámide de la política se retroalimenta con la pirámide de la
economía, y los trabajadores que creen que luchan por un salario, no
hacen más que seguir la música del juego de los partidos en pugna,
ya que no consiguen lo que pedían pero al menos les dan alguna
migaja y se dejan de mosquear, como los pingüinos del 2006 donde los
partidos se sentaron en las mesas de negociación para desinflar el
movimiento.
Para
salir de la maraña de las pirámides de la política y de la
economía, hay que romper las cadenas de los partidos y las
ideologías, pero no con violencia, ya que estamos allí atrapados
sin que nadie nos obligue. Hay que partir desde la mirada al otro, al
vecino, no a través de los cristales empañados de la política y la
economía, sino directamente hasta que nos zafemos de los lentes que
tenemos puestos. Mirar, simplemente mirar, y mirando vamos a ver la
presencia del otro esquivando nuestra mirada, ya que la tiene
prisionera voluntariamente en las redes de la maraña. ¿Se entiende
que nos sienten en las escuelas mirando la nuca del que está
delante?
Una
vez que usted pueda mirar limpiamente, que todo su cuerpo lo está
pidiendo, podrá descubrir lo poco importante que es el que su vecino
o compañero de trabajo sea o haya sido momio o rojo y podrá ver y
descubrir otras facetas que antes le estaban ocultas. No sólo vea el
daño que hace alguien, sino el daño que le han hecho a ese alguien.
Tarde o temprano ese vecino conenzará a mirarlo a usted de la misma
manera, no se apure, tiene toda la vida por delante. Eso se llama
compasión, que no es lo mismo que el paternalismo autoritario del
que da limosna “porque tiene” o “ayuda” a los pobres, sino
como una enfermera que sufre el dolor del otro y muere por mitigarlo.
Eso en el fondo es el amor. Pero usted nada va a lograr intentando
ser “compasivo” individualmente, ya que el amor es flujo y
circulación de energías que no acaban ni se detienen en uno mismo
ni con una sola persona, al contrario, debe ir más allá, pero no
hacia el infinito o hacia la abstracción, sino a conseguir que ese
flujo de amor circule entre los vecinos y desde y hacia la madre
tierra, así construimos o reconstruimos el común.
Así
la separación de la familia con el trabajo es una aberración, una
reproducción constante de las distancias y separaciones de las
miradas y flujos afectivos, de allí la importancia de la autogestión
comunitaria de la producción de alimentos, medicinas, servicios,
energía, educación, arte, cultura y salud, donde la emancipación
de los trabajadores sea al mismo tiempo la emancipación del encierro
de las familias en sus casas y la apertura hacia la gran familia del
barrio.
No
se trata de destruir el dinero, la política y el trabajo sino de
reconstruir el mundo de la vida desde nuestro hábitat inmediato.
Para
quienes, agrupaciones o personas, deseen participar en el diseño y
programación de forma y contenido de un Primero de Mayo sin partidos
y sin violencia, a ser realizado el domingo 01 de mayo con familias y
niñ@s, les pedimos que se comuniquen con nosotros en el correo
unlibre@gmail.com
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