domingo, 19 de junio de 2016

El poder y las posturas constitucionales en Chile

Jaime Yovanovic en el puerto
Por Jaime Yovanovic Prieto

Construir el edificio desde los cimientos, luego las paredes y los pisos, para finalmente poner un techo.
Primero hay que cambiar el barrio, luego el municipio y finalmente la región. Cada región se ajusta a sus necesidades, posibilidades y modos de vida de la población. Eso es descentralización, el resto es paja.

No queremos rompecabezas o crucigramas para armar, queremos tomar pinceles, acuarelas y corazones para pintarnos un nuevo modo de vivir. Pero los cultos inteligentes no nos dejan, sino que se nos atraviesan en el camino para que los escuchemos o los sigamos. Se niegan a aplicar sus esquemas y propuestas en el mundo de la vida con sus vecinos. Demuestren que sus propuestas son lindas y maravillosas. Háganlas en su barrio y veremos como sale. Si vemos que ahí se puede cambiar el mundo, generar circuitos de afectos, energías y buenas vibras, entonces lo veremos, lo estudiaremos y tal vez probemos en nuestro barrio. Demuestre que usted sabe vivir como quiere que vivamos todos. Pero no anden revoloteando alrededor meneando la cartera como puta ni nos digan lo caperuzos que son para manejar la máquina. Entiendan de una vez que no queremos decidir “quien” nos gobierna, sino que queremos gobernarnos entre nosotros mismos los vecinos en cada barrio y luego iremos viendo. Y vamos a respetar cada artículo y versículo de las leyes, no caeremos en vuestras propuestas provocativas de salir a tirar piedras o quemar edificios con gente adentro. Es muy complicado que entiendas eso?
O será que no te gusta y quieres sentarte en algún sillón allá arriba como un rey o una princesa? Te importa un cuesco la gente? Bueno, a mi no, yo sigo. Cada uno por su lado y que no vengan los mentirosos, incautos o camuflados a decir “Oye, hay que hacer unidad”.
Escuchen bien, partidos, corrientes, ideologías, orgánicas, estructuras y políticos: Con ustedes, ni a misa.

Por Jaime Yovanovic Prieto
Abogado
Especialista en derecho constitucional y municipal.


Todavía cumple un papel determinante en Chile la constitución elaborada en tiempos del autoritarismo más duro posible, y las necesidades actuales del estado para asegurar un mínimo de estabilidad y cohesión, han llegado a un punto de reconocer que estamos mal, con cierto atraso, pero a confesión de parte, relevo de pruebas, hoy la constitución pinochetista no sirve y hay que hacer otra. La pregunta es si alguna vez sirvió y para qué.

Para los gobiernos de la partidocracia pos-dictadura fue un eficiente instrumento para el desarrollo de las grandes empresas destructoras del medio ambiente, una adaptación progresiva de las propuestas del jefe de los economistas del gobierno Clinton, ex presidente de la Reserva Federal (Banco Central) y vice-presidente del Banco Mundial, Joseph Stiglitz, que decretó el fin  del modelo neoliberal para abrir camino al modelo más actualizado de una nueva institucionalidad, que llamó de neo-institucionalismo, que daba por superado el modelo estatista del welfare state y el de libre mercado del neoliberalismo, en que ahora se trata de hacer una santa alianza entre el estado y el mercado, que ninguno de los dos asuma un rol preponderante, sino que se entrecrucen y retroalimenten de tal manera que poco a poco ambos se adecúan a los nuevos tiempos de ataque salvaje a la naturaleza, a la salud, a los alimentos, con la incorporación de cada vez menores porcentajes de la capa de funcionarios, tecnólogos, telemáticos, etc. para apretar los botones que requiere el actual proceso destrutivo de reproducción y acumulación de ganancias.

Ya es vox populis que pocos ricos siguen ascendiendo en el escalafón de super-ultra-millonarios, como también es de conocimiento general que los marginados son cada vez más y se amontonan en las ciudades, especialmente en las periferias donde se circula la droga y el narco para darle cara legal o máscara ciudadana a la militarización de esas périferias y las fronteras mundiales. No necesitamos hablar de la crisis mundial de guerras, destrucción de la madre tierra y de la caida vertiginosa del mercado de materias primas, así como de los partidos en todas partes.

El estado chileno ha ido experimentando lo que podemos comparar con los porteros de hotel que abren y sostienen las puertas para que entren los usuarios, abriendo las puertas de todas las regiones del país con sus funcionarios que hacen de porteros para que se adentren las empresas a los territorios y ahora que se acabó la bonanza del boom de las exportaciones de commodities y entramos al período de las vacas flacas, hay que reformular las reglas del juego y re-colocar a los peones, ya que algunos como los mapuche, rechazan las formas políticas, aún de los que queman camiones, que evidentemente son politizados por corrientes ajenas a la cosmovisión, o como los de Aysén, que sólo fueron domesticados abriendo el parlamento para uno de ellos, o de los estudiantes universitarios, que también fueron contenidos colocando tres de ellos en el susodicho parlamento, con lo que va quedando claro que las dinámicas de partidos o de grupos ideológicos que aspiran al poder o a destruirlo cumplen la noble función de acabar con las dinámicas sociales e incorporarlas a la máquina, o aún quienes desean destruirlo para que se expanda la libertad individual que arrojará a unos contra los otros.

De allí que todos se van posicionando en la cohesión institucional, aún los que se dicen críticos del sistema, dejando de lado la cohesión humana, vecinal o comunitaria, o sea, la política sigue siendo el mismo perro con diferente collar, del síganme los buenos del Chapulín. Para darle gusto a todas las corrientes el gobierno de turno va a organizar cabildos ciudadanos donde podrán venir todas las propuestas, ideologías y quien quiera y ya todos ellos afilan estacas para llevar a esa jaula sus iluminadas ideas, cada uno con vocación de faro luminoso.

Mientras tanto los grupos anarquistas, rebeldes y “los que luchan” se meten en los movimientos para evitar que sea el mundo de la  vida y los encuentros de vecinos en torno a sus necesidades concretas lo que determine los pasos a seguir. Le tienen todos un miedo pánico a que los vecinos tomen el barrio en sus manos y digan como hay que funcionar, no, eso no es posible, sólo tienen que salir a marchar y a “luchar” cuando lo digan las vanguardias, o sea, la política nuevamente, con lo que impiden que la gente mire con sus propios ojos y utilice para su vida las ciencias, al arte y el despliegue del amor.

Sin embargo, si miramos las cosas por fuera de la política, podemos ver directamente lo que nos rodea y desarrollar un mundo de la vida más compartido en cada barrio. Oh! No! Dicen nuevamente las vanguardias y todos los partidos, que necesitan a la gente separada para así ser ellos los salvadores de la patria, por lo que todos ellos necesitan un estado centralizado desde donde irradiar la luz de la verdad y las normas de comportamiento. Con esto podemos pasar al tema de los principios de una nueva constitución, para finalmente una reflexión acera de como llevarla a cabo.

Estos “principios” no son propuestas a seguir o metas a alcanzar, sino solamente un ejercicio racional que demuestra que por fuera de la política podemos hacer muchas cosas:

PRINCIPIOS DE UNA NUEVA FORMA DE PACTO SOCIAL

1. DESCENTRALIZACIÓN Y CONFEDERALISMO
    Cada territorio determina sus límites acorde a la decisión de las comunas y organiza sus modos de administración de los asuntos de todos, incluyendo los recursos obtenidos por la exportación, como el cobre o los puertos.

     Las finanzas de cada región se organizan de tal modo que no se produzca acumulación en pocas manos, utilizando lo que se necesita y asegurando un sobrante que va a hacia las regiones de menos producción o a un fondo común administrado por delegados comunales rotativos.   

     Los organismo estatales pasan a depender del consejo regional.


2. FIN DE LA POLÍTICA Y DE LOS PARTIDOS
    Los vecinos de cada barrio escogen de entre ellos o por conjunto de barrios a los miembros del concejo municipal, y el alcalde es rotativo entre los concejales, teniendo sólo la función de coordinador del concejo, órgano ejecutivo y legislativo, en tanto el segundo alcalde, también rotativo, cumple la función de administrador de los funcionarios definiendo con ellos las características de cada trabajo.

     El gobierno regional se constituye de entre los concejales municipales y también es rotativo. La Confederación de territorios cumple las funciones internacionales que requiere la ONU y no constituye pactos ni acuerdos que vayan en contra del equilibrio y la paz entre naciones.

     Las fuerza armadas, carabineros y policía civil tienen su jefatura máxima en cada territorio, pudiendo coordinar esfuerzos en caso de catástrofes y se subordinan al gobierno regional de cada territorio que determina las formas de coordinación con otros territorios. Los soldados y suboficiales deben ser habitantes de cada territorio y entre ellos se eligen los oficiales según el profesionalismo y la vocación de servivio comunitario.

     La educación y la salud son tareas municipales y las universidades son de carácter regional y deben aceptar a los estudiantes sin evaluación, de modo tal que ningún universitario deba emigrar de su territorio a menos que lo desee.

PRINCIPIO DE LA PROPIEDAD

     La propiedad privada existe acorde a su función, no al hecho de su titularidad, por lo que no puede producir lucro, así como la vida privada no puede ser afectada por la vida común, que al practicar formas de vida compartida, aspira a generar nuevos valores de respeto, reciprocidad y amor. No interesa si una comuna desea desarrollar más comercio de acumulación o menos, siempre que respete las decisiones vecinales de las otras comunas.

    Las fábricas y empresas tienen sus libros de ingreso y gastos abiertos a sus trabajadores, de modo que los salarios sean determinados en conjunto, asegurando que los vecinos del emprendimiento productivo y el concejo municipal puedan participar en las decisiones de los tipos y volúmenes de producción, así como en todo lo que pueda afectar a la salud y la alimentación de los trabajadores y de la población.

Hasta aquí algunos de los principios constitucionales que pueden debatirse desde una óptica distante de la política. Veamos ahora algunas modalidades de avanzar no hacia esos principios, sino a otros, ya que la experiencia de ampliación democrática de abajo, desde los barrios, irá puliendo no estas ideas, sino produciendo otras, por lo que estos principios ni tan siquiera son una propuesta, sino un  ejemplo de lo que se puede hacer, que puede ser muy distinto. Así, saliendo del debate conceptual, veamos como nos estamos planteando actos prácticos para que los vecinos modelen su entorno inmediato y la comuna.

En Valparaíso comenzamos en primer lugar rechazando el debate constitucional que viene desde arriba y en el cual se están incorporando los partidos y las corrientes ideológicas, en vez de ello vamos a dar un paso en pos de la democracia comunitaria, es decir, construir modos práctico-vivenciales de participación vecinal elaborando y sistematizando su propio modo de pensar según las realidades y necesidades de cada barrio, cerro o quebrada.


Jaime Yovanovic Prieto 
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