martes, 28 de junio de 2016

Campeones! Fútbol, deporte y educación física en Valparaíso

Por Jaime Yovanovic Prieto
Director Departamento Social
Sindicato de Trabajadores de la Construcción


Valparaíso fue una potencia deportiva en los años 50 y 60, como recordamos los que hemos acumulado más de 60 años de vida y experiencias, es decir, nos referimos a los jubilados, abuelos y llamados tercera edad. En particular recordamos el básquetbol en que jugadores, entrenadores, árbitros, dirigentes, clubes, barras y familias llevamos este deporte al primer escalón nacional, digo llevamos porque toda mi familia fue basquebolista y pimponista, deporte en que mi madre, María Prieto llegó a obtener el campeonato nacional, en tanto mi padre, Juan Yovanovic, fue entrenador de la selección de baloncesto de Valparaíso que alcanzó el título de campeón nacional.

Mi padre fue profesor de entrenadores y formó el equipo de la Compañía Chilena de Tabacos llamado de los “gigantes”, pues se dedicó a preparar jóvenes muy altos aprovechando su cargo de director de Bienestar Social y Deportes en dicha compañía, algunos de los cuales se reunirán este 1o. de julio de 2016 para celebrar sus cien años de vida lleno de salud gracias a su permanente dedicación al deporte y a la vida sana, en tanto mi madre, ya fallecida por deterioro de su salud tras un accidente que le obligó a operarse de la cadera, formaba jugadoras y entrenadoras en el Liceo 3 de Playa Ancha desde su cargo de profesora de Educación Física mientras seguía estudiando Historia e Idiomas en la Universidad Católica del puerto, a donde llegó posteriormente mi padre a hacerse cargo del departamento de Deportes y Recreación de dicha universidad, de lo que recuerdo cuando adolescente, la realización del Carnaval de los estudiantes de las tres universidades locales de la época, a saber, la Católica, la Chile y la Santa María con carros alegóricos y comparsas.

Esa vida familiar inmersa en plena dinámica deportiva de un Valparaíso que se prestaba para ello, fue lo que me permitió conocer y vivir el deporte porteño por dentro y ser capitan del equipo de baloncesto del Colegio Salesiano, que entrenó un ex alumno que llegó a ser figura emblemática de este deporte, el “chico” Valenzuela, quien junto al “Polilla” Santana, formaron el duo maravilloso que conquistó los más altos galardones del deporte porteño con otra cantidad de destacados jugadores que provenían de las tres hornadas: los cerro, las colonias y las instituciones (como universidades, Liceo y la nombrada Chilena de Tabacos). En las colonias destacaban Unión Española, Sportiva Italiana, Árabe e Israelita, en tanto en los cerros destacaban Esperanza, Ramaditas y New Cruzaders del cerro Cordillera, aunque fueron más y sería largo de enumerar.

De esa manera pude apreciar que los torneos de fútbol y de básket llenaban canchas, gimnasios y estadios. Eran populares y en el fútbol las canchas de cerros se atiborraban de familias celebrando y terminando con un asado y unas frías o el consabido vinito revigorizante. Hoy día el deporte estimula la pasividad, ya que la profesionalización ha terminado favoreciendo el deporte espectáculo donde las estrellas son como caballos de carrera y nosotros los espectadores del circo romano.

Hay que decirlo claramente: la masividad de la práctica deportiva ha decaido enormemente en nuestra ciudad. Los clubes están de capa caida y se ven tristemente vacíos, en tanto las canchas de los cerros y los sitios pelados donde antes se jugaban las pichangas, están mustias y grises desarrollando maleza. En muchos cerros falta una cancha, aunque sea mínima. En la quebrada Santa Lucía de Cordillera, los vecinos me dijeron estar dispuestos a poner el hombro para hacer un espacio para que los niños jueguen “a la pelota”. En la quebrada Cabritería la cancha al pie de la escalera carmen está inutilizada por el derrumbe de una casa, de modo que estamos planificando un trabajo voluntario para limpiarla. Y así en diferentes cerros.

Pocos colegios o liceos prestan su espacio cuyas magníficas canchas pasan cerradas los fines de semana pudiendo estar llenas de niños, por lo que tendremos que ir a conversar con ellos, pero eso no basta, pues conversar una o dos personas con quienes pueden hacer algo, no es lo mismo que iniciar actividades desde las cuales ir a limpiar quebradas, despejar terrenos, hacer canchas, poner carteles, llamar a los niños y jóvenes y organizar campeonatos.

Eso nos dice que es mejor juntarnos los interesados de clubes, individuos, estudiantes, jubilados, etc. y elaborar un plan inicial sencillo de rescate del deporte en Valparaíso, como por ejemplo el campeonato de fútbol libre, donde se inscriban grupos, equipos, clubes, centros de estudiantes, sindicatos, etc. Habrá que hacerlo con ñeque, sin esperar fondos de ninguna parte, voluntario, por amor al arte y al deporte.

Lo segundo que podemos hacer es juntarnos algunos y comenzar a caminar uno o varios días por semana en horarios a combinar por el paseo costero, desde Bellavista hasta Barón ida y vuelta, para luego estirar hasta Portales y ahí vamos viendo.

Invitamos a los interesados a analizar y organizar juntos este plan sencillo de inicio de rescate del deporte en Valparaíso. Los días martes de 12 a 14h. estaremos en el Sindicato de Trabajadores de la Construcción, Blanco 1054, pero si tiene otros horarios o desea conversar más del asunto, escriba al correo valparaisando@gmail.com

Arriba el ánimo.
Valparaíso lo merece (y cada uno también)

Jaime Yovanovic Prieto
valparaisando@gmail.com

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