19.Sep.16
Chile: Militares hablan alto
Por Jaime Yovanovic (Profesor J)
Desde la di-versidad del mundo de la vida
Las declaraciones militares de reafirmación de la patria
por sobre la matria, es decir el predominio del autoritarismo institucional
patriarcal por sobre el mundo de la vida, marcan el rosario de conceptos y
declaraciones de principio entregados por la tienda militar por boca de su
vocero, el general Oviedo, tras reafirmar su vocación de respeto al poder civil
y al gobierno por medio de una medalla entregada con pompa y boato al ministro
de defensa y culminar destacando el valor como el principio fundamental de la
vida militar.
Si bien es cierto que se encuentran poco dispuestos a
ceder los fondos secretos que reciben sin control de institución alguna, han
dejado claro que las fuentes financieras dependen del poder civil, o sea, de
los políticos, justamente los que menos confianza tiene la población, pero
bueno, si lo dice la constitución, poco importa que la hayan hecho ellos
mismos. Es como decir abiertamente: “dejamos esa decisión a los corruptos” y
hasta podría agregarse “por algo entregamos la máquina a la partidocracia”, y
así todos seguimos contentos con la población dividida cada quien colgado de
sus próceres, unos colgados de los partidos y figuras de derecha, otros del
centro, más allá se agrupan los que se cuelgan de la infinidad de grupos y
partidos de izquierda y así todos colgados como racimos de uva que pisotean
tranquilamente los de allá arriba para hacer el vino con que nos emborrachan la
perdiz.
Poco faltó para que saludara abiertamente a los diputados
provenientes del mundo estudiantil que han hecho nuevos racimos de partidos que
por suerte consiguen entusiasmar a algunos ilusos que podrán llenar los viejos
odres con vino nuevo y saludable, como una campaña religiosa de “renovación de
la esperanza”. Vamos bien, dicen allá arriba y por eso los militares ahora se
dan el lujo de hablar alto y pasarnos por la cara los “riesgos regionales”
derivados de las disputas económicas, recursos y orientaciones ideológicas, en
abierta alusión a Bolivia donde los capitalistas izquierdistas en el gobierno
usan a diario el recurso al chauvinismo llegando al colmo de definir a sus
destacamentos armados como “ejército antimperialista” que dice distanciarse de
las potencias cuando se agarra a China, Rusia y todo aquel que traiga capital
para destruir la madre tierra y debilitar a la matria frente a las patrias que
pisotean las uvas de la ira, refiriéndonos a la sensacional novela del
norteamericano John Steinbeck y no a la operación militar de Israel.
Esa fragilidad regional la usan para reforzar su papel y
justificar sus fondos, además que ligan abiertamente la defensa con la
seguridad, pasando un avisito a quienes internamente pueden aspirar a modificar
el orden imperante, en especial a las comunidades mapuche que están entre dos
fuegos: la agresión del estado y la agresión de las vanguardias que intentan
arrastrarlos a sus luchas por el poder. No hay riesgos en relación a los que
incendian camiones, iglesias y granjas, ya que para eso está el aparato. El
peligro está en que los mapuche hagan algo parecido a los zapatistas o a los
kurdos, que es una tendencia que se despliega desde abajo por todo el
continente y el resto del planeta, es decir el cambio civilizatorio, pero eso
no se podrá reprimir, pues se trata del cambio pacífico desde las relaciones de
cotidianeidad, desde la raíz de la tierra, el mundo de la vida y la matria, y
el peligro a nivel de país está conjurado mientras los izquierdistas sigan
organizando un partido tras otro o fusionándose según acuerdos y repartijas
entre los dirigentes o generando redes de coordinaciones y similares de
caciques sin indios. Para entender mejor eso basta comprender que un partido se
organiza de arriba hacia abajo reclutando y organizando desde una matriz, que
en el fondo es una reproducción del estado, pues aspira a dirigir el actual o
hacer “otro”.
Mientras siga esa división jacobinos-gerondinos
implantándose en la población impidiendo el despliegue de la potencia del común
con autonomía, los militares y empresarios tienen motivos para seguir
contentos, en especial en esta época de alianzas izquierda-derecha en la mayoría
de los países, donde se reparten las funciones estatales entre patadas y combos
o entre copas borboteando de champaña mientras cada uno saca a sus “masas” a la
calle para presionar en la repartija y muchos todavía agarran papa con ese
carnaval predeterminado. Y todo ello para abrir aún más las puertas a las
empresas que están depredando el planeta.
Ya no se sabe con cual chichita nos estamos curando.
Volvamos a la raíz y retomemos los ritmos y requerimientos de la madre tierra y
del común. Salud!
Jaime Yovanovic (Profesor J)
Universidad Libre, la desuniversidad, que en vez de
uni-versidad, reconoce la di-versidad del mundo de la vida.
unlibre@gmail.com
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