La potencia social es creatividad y construcción
Jaime Yovanovic
(Profesor J) 03.Oct.16
¿Qué hacemos?
Simplemente separarnos de las luchas partidarias y
retirar la vista de la disputa allá arriba del poder, para dedicarnos a
desplegar la potencia social usando la creatividad en la construcción de formas
de vida compartida y soluciones a nuestros problemas inmediatos. Si no buscamos
soluciones entre nosotros, nos van a tener siempre encadenados a las promesas,
estafas e ilusiones.
Ya hemos visto que no basta la organización y la lucha,
pues en vez de resolver situaciones, los principales beneficiados son los de
arriba. Nadie sabe para quien trabaja: los grandes empresarios y bancos
aumentando sus ganancias y los políticos estimulando la corrupción. Todo ello a
costa de las grandes mayorías. La CUT sumergida en luchas partidarias, los
pescadores artesanales sometidos a una ley de pesca nacida de la corrupción,
los estudiantes enredados en luchas por migajas que sólo han resultado en
dudosos beneficios y sus dirigentes sentados en el parlamento. Acá abajo nos
llaman a la calle una y otra vez para calmar y suavizar la presión de las
bases. Así se reduce la potencia social solamente al juego de presiones para
eternas negociaciones allá arriba.
Como en Venezuela, donde el ejecutivo de izquierda
negocia con el parlamento de derecha sin avances, hasta que invitaron al Papa a
intermediar en las conversaciones y éste ha aceptado. Luego el sumo pontífice
tal vez tendrá que ir a interceder entre Macri y el parlamento argentino, o
entre Lula y el parlamento brasileño. Esa es la moda hoy, en tanto cada uno
mueve su ganado social en las calles. Así nos utilizan para mantener ocupada y
desgastar la potencia social.
Mientras allá arriba se divierten y ganan como locos,
arrastrando a algunos a su circo y llamando al resto a sumarse a la poco
graciosa diversión, acá abajo algunos estamos tomando el toro por las astas
cansados de los corcoveos del animal político. Lo hacemos porque hay que
hacerlo y hay que mostrarlo para que cada quien haga lo suyo en su lugar, en su
barrio, en su escuela o centro de trabajo.
¿Qué hacemos?
Simplemente separarnos de las luchas partidarias y
retirar la vista de la disputa allá arriba del poder, para dedicarnos a
desplegar la potencia social usando la creatividad en la construcción de formas
de vida compartida y soluciones a nuestros problemas inmediatos. Si no buscamos
soluciones entre nosotros, nos van a tener siempre encadenados a las promesas,
estafas e ilusiones.
Por ejemplo, en el tema de la vivienda, el Sindicato de
Trabajadores de la Construcción de Valparaíso ha levantado un programa de
construcción de viviendas para trabajadores arrendatarios y allegados mediante
la gestión responsable del sistema de subsidios en los comités de vivienda,
evadiendo la gran cantidad de estafas que han habido en nuestra región y en el
país, así como la especulación inmobiliaria y el lucro desmedido de las
empresas constructoras. La diferencia con los otros emprendimientos no radica
solamente en la honestidad y rectitud que caracteriza a este sindicato, que
goza de merecido prestigio en la región y a nivel nacional, sino en que los
comités apuntan a las formas de vida compartida en armonía e interacción con la
naturaleza, como una familia barrial, con construcciones sustentables y sistema
de compras en común, entre otras modalidades. Además que los miembros de cada
comité participan con los arquitectos y constructores en el diseño y detalles
de la obra. Quien lo desee podrá ser contratado por la empresa construtora y
habrán prácticas de minga y autoconstrucción.
Ese es despliegue de la potencia social. Y como en la
vivienda, lo mismo se hace y puede hacerse en todo orden de cosas, sin
necesidad de romper con el estado y el mercado, como hacen algunos para luego
finalmente envolverse en el sistema abandonando todo el ímpetu de lucha inicial
incentivado por los grupos que reclutan seguidores. Sostenemos que el cambio
vendrá desde las formas de vida compartida y la mancomunalidad, desde donde
pueda desplegarse otra economía, en tanto los de arriba se ahogarán en sus
propias marañas y enredos. El viejo topo de la historia ya no cava y cava para
destruir el sistema, sino para construir otro: el común, sin ismo.
Si eres estudiante o profesional de arquitectura o
trabajo social y quieres conocer, colaborar o conversar del tema, comunícate
con el correo unlibre@gmail.com
Si eres de otra área profesional o vocacional, también
estás invitado.
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